La petrolera argentina estaría por cerrar un acuerdo estratégico con la empresa ENI para explorar el bloque OFF-5 frente a las costas uruguayas. La energética italiana asumiría los costos de inversión durante el desarrollo de esta primera etapa.

Ypf estaría en vísperas de anunciar la firma de un Memorándum de Entendimiento con la multinacional energética italiana ENI para explorar una concesión ubicada en la plataforma marítima frente a Punta del Este, bajo jurisdicción del Estado uruguayo.
Se trata del bloque OFF 5, uno de los cinco bloques offshore que posee YPF y que fuera adjudicado en su totalidad a la petrolera argentina por la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) de Uruguay, en la segunda ronda de la Licitación Abierta 2022.
La exploración offshore es un método de investigación geológica cuyo objetivo es conocer la presencia de yacimientos de hidrocarburo en territorio marítimo. El bloque OFF-5, controlado totalmente por YPF, tiene un superficie de más de 16.800 kilómetros cuadrados, con profundidades que oscilan entre 1.000 y 4.000 metros bajo el nivel del mar.
Las expectativas son altas puesto que según la experiencia recogida en Guyana y Brasil, también espejadas con las cuencas africanas, la geología del bloque uruguayo es similar a las formaciones que existen en Namibia donde en los últimos años se descubrieron importantes yacimientos de petróleo y gas. Justamente la alianza de YPF con ENI, quien ya participa del proyecto de exportación de Gas Natural Licuado (GNL) de Vaca Muerta, tiene como antecedente el haber participado en el descubrimiento de petróleo en aguas profundas de Namibia, en la cuenca Orange y que según las estimaciones recientes estaría produciendo un caudal superior a 11.000 barriles por día.
Según la revista Forbes la alianza involucraría la cesión del 50% del bloque OFF-5 con la condición de que ENI se encargue de la inversión necesaria para las tareas de exploración. A su vez, se le daría también la operación del bloque a la firma Italia que tiene mucha más expertise en el segmento de aguas ultra profundas.
En Argentina, desde los años ‘60 hasta el día de hoy, se registraron aproximadamente 393.000 km de exploración sísmica 2D y 29.000 km² de sísmica 3D, y se perforaron más de 400 pozos en el Mar Argentino, todos ellos en el ámbito de la plataforma y en aguas poco profundas.
Hasta el momento, el único pozo perforado en aguas profundas en Argentina, fue “Malvinas X 1”. A partir de 1983, la actividad offshore quedó concentrada en la Cuenca Austral marina, ubicada frente a las costas de Tierra del Fuego y Santa Cruz, siendo actualmente la única cuenca productiva desde 1989.
También en el territorio argentino de Malvinas que se encuentra usurpado por el Reino Unido, se realizaron y aún se realizan exploraciones y explotaciones offshore. En ese marco de disputa de soberanía la República Argentina decidió aplicar sanciones al amparo de la ley 26.659 y su modificatoria, la ley 26.915. En este contexto se iniciaron, en distintos momentos, acciones administrativas contra las empresas infractoras algunas de las cuales, una vez notificadas, decidieron abandonar sus proyectos y evitar así las consecuencias previstas en la legislación vigente. Tal es el caso Harbour Energy PlC quien, hacia fines del 2021, decide retirarse de la cuenca offshore de Malvinas. Harbour Energy había nacido de la fusión de Chrysaor Holdings Limited y la multinacional energética Premier Oil la cual había sido sancionada en el año 2012. También fueron penalizadas la empresa británica Rockhopper y la israelí Navitas Petroleum quienes aún realizan actividades hidrocarburíferas en la plataforma continental argentina, en la Cuenca de Malvinas Norte, bajo el proyecto León Marino con licencias ilegales otorgadas por las autoridades ilegítimas de las Islas Malvinas. Hay que señalar finalmente que el gobierno de Javier Milei, con la aprobación del Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI) y con el argumento de atraer nuevas inversiones, diseño un modelo exorbitantemente ventajoso para las grandes multinacionales energéticas, las que reciben un conjunto s de beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios. Es un esquema extractivista y netamente exportador donde este commodities apunta casi exclusivamente al mercado exterior con el fin de “convertir al país en un exportador energético confiable a nivel mundial” y sin consideración alguna por la industria nacional y el mercado interno.