Los puertos sudamericanos, infraestructuras críticas en tiempos geopolíticos turbulentos, cobran un renovado valor al favorecer la conectividad, el comercio internacional y el desarrollo regional. Las nuevas inversiones públicas y privadas en el puerto de Santos, el mayor de su tipo en el Mercosur, que impulsa Luiz Inácio “Lula” Da Silva consolida el liderazgo de esta terminal portuaria.
Por Jorge Poblette
El Puerto de Santos, uno de los hub logísticos y económicos ubicado en el Estado de San Pablo, corazón económico de Brasil, refuerza su posición estratégica al recibir un conjunto de inversiones, tanto públicas como privadas, que lo fortalecen como una de las terminales portuarias más importantes del Atlántico Sur. Las nuevas inversiones vienen de la mano de la alianza estratégica de dos gigantes del negocio portuario y del transporte marítimo como también del gobierno brasilero. Uno de los inversores es DP World, filial de Dubai World, un holding de propiedad del Estado de Dubái en los Emiratos Árabes Unidos, líder mundial en gestión de terminales portuarias, parques industriales y zonas logísticas en más de 75 países en seis continentes. La otra compañía es Hapag-Lloyd, una firma alemana que se encuentra a la cabeza del transporte marítimo de contenedores a nivel mundial. Ambas han logrado, esta semana, renovar la concesión de una de las terminales portuarias de Santos por el término de diez años. Luego de una negociación con la Autoridad Portuaria de Santos (APS), una empresa pública vinculada al Gobierno Federal de Brasil, DP World continuará con la ampliación de su muelle y con la adquisición de nuevos equipos para aumentar su capacidad de manejo de contenedores que pasará de 1.2 millones de TEUs a 1.7 millones de TEUs por año para el 2026. Estas inversiones a su vez le garantizan a Hapag-Lloyd tener un socio estable que le garantiza manejar, en el corazón de la economía brasilera, mayores volúmenes de carga y servicios marítimos.
El proyecto de ampliación que lleva adelante DP World, forma parte del PAC (Nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento de Brasil) y de un conjunto de inversiones realizadas por la empresa, que ya ha superado los 3.000 millones de reales en infraestructura y tecnología desde 2013, consolidando a DP World como una de las terminales privadas multipropósito más modernas y completas de Brasil.
Las inversiones previstas incluyen la extensión del muelle principal, para llevarlo a los 1.290 metros, extensión que le permitirá recibir hasta dos buques portacontenedores de 400 metros de eslora a la vez.
Por su parte el gobierno de Brasil apunta a fortalecer la infraestructura de la totalidad del complejo portuario de Santos que tiene una superficie de 7.8 kilómetros cuadrados y 55 terminales. Con el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), tanto el gobierno federal como el del estado paulista, se enfocan en mejorar la eficiencia y la competitividad del puerto en general, destinando fondos para el dragado del canal de navegación para que operen buques de gran calado. También destina recursos para la conectividad terrestre proyectando a la vez un plan de inversión en la red ferroviaria dentro del puerto, así como la construcción de nuevas conexiones viales.
Es oportuno señalar que Brasil lleva adelante una captación de recursos del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) de los Brics, que preside Dilma Rousseff, destinado al financiamiento para impulsar proyectos de transporte e infraestructura logística del Nuevo PAC. Hasta el momento el monto captado asciende a USD 1.833 millones. Uno de esos proyectos es el Túnel Santos-Guarujá. Esta obra, anunciada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva y el gobernador del Estado de São Paulo, Tarcísio de Freitas, en el mes de febrero de corriente año, vinculará la ciudad de Santos con el balneario de Guarujá. Con una inversión que supera los 1.000 millones de dólares, este túnel submarino tendrá 870 metros de longitud, cruzará un canal a 21 metros de profundidad y será utilizado por alrededor 15.000 vehículos por día. Hoy existe un deteriorado sistema de balsas para traslado vehicular o la alternativa es el largo y congestionado trayecto de 43 kilómetros por carretera.

Este proyecto beneficia directamente al Puerto de Santos al optimizar la logística y el flujo de mercancías mejorando así la competitividad del puerto, y facilita el movimiento de carga y contenedores como también de su personal. En cuanto a los artículos y mercadería que salen del Puerto de Santos para exportación, se destacan los de origen agrícola como soja y maíz que se destinan principalmente a China.
Por esas aguas salen al mercado internacional los mayores volúmenes de cargas de azúcar, café y jugos de naranja del mundo. También es la puerta de salida de la celulosa, un importante producto forestal del cual Brasil es el primer exportador mundial. Los productos industriales más importantes que salen de Santos son vehículos y autopartes y piezas para la industria automotriz.
Otros productos que se exportan por esa vía son carne, algodones combustibles, minerales de hierro y fertilizantes. Los mayores receptores de las exportaciones que salen del Puerto de Santos son, en primer lugar, China, el principal socio comercial de país carioca.
También la Unión Europea, en especial Países Bajos, Alemania, España e Italia son importantes compradores de productos brasileros.
Otra variedad de cargas, incluyendo productos agrícolas y manufacturados tienen como destinos los Estados Unidos. Además de otros países de Asia como Japón y Corea del Sur, el puerto de Santos surte con sus productos a países de América del Sur, también sirve como un punto de salida para mercancías con destino a otros países de América del Sur, como Argentina, Paraguay y Chile lo que hace de Puerto de Santos un hub logístico fundamental para el Mercosur y el comercio regional. Esta infraestructura portuaria también cumple un rol como hub de transbordo y logística regional ya que opera como un punto de salida al mar para países que no tienen litoral propio, como Paraguay y Bolivia. Inversiones para el desarrollo regional.Los puertos del Atlántico Sur comienzan a recibir nuevas inversiones.
Desde puertos medianos como el de Quequén, en la provincia de Buenos Aires, y ahora el monumental puerto de Santos pasando por las próximas inversiones en los puertos de Montevideo, Buenos Aires, la Hidrovía Paraná-Paraguay, son claras muestras del renovado interés que despiertan estas infraestructuras.
El desacoplamiento de las relaciones económicas entre Estados Unidos y China está llevando a muchos inversores a diversificar sus cadenas de suministros e implementar estrategias de relocalización de sus productos. Un conjunto de factores como la geopolítica, distancia, mercado y capacidades operativas, pone cada vez más en valor el papel que desempeñan la estabilidad de las infraestructuras de energía, transporte y conectividad.
Como ya lo hemos señalados en otros artículos, la reconfiguración de las cadenas de suministro globales presenta una enorme oportunidad para América Latina y África. Una nota del J.P.Morgan, afirma que el nearshoring, que consiste en trasladar las operaciones de una empresa a un país cercano geográficamente, puede ser también aprovechado por los países de la región si profundizan sus inversiones en puertos, corredores transfronterizos coordinados a gran escala como Corredor Bioceánico o el Capricornio, en Sudamérica o el de Lobito y Carretera Transahariana o Transafricana 5, en África tal como lo señaláremos en otra nota del Portal Atlántico Sur.
Sin dudas que es el momento de que países emergentes del Sur Global aúnen esfuerzos para captar la atención de los inversionistas que puedan impulsar sus respectivas economías. La expansión del Puerto de Santos a través de inversiones público-privadas, es una excelente noticia, no solo para Brasil sino para todos los países de la región, ya que esta nueva infraestructura consolida es un eje estratégico para el comercio del Mercado Común del Sur (Mercosur), facilitando los intercambios con la Unión Europea, Asia y otras regiones del mundo.