La COP30, que se celebrará en pocas semanas más en Belém do Pará, posicionará a Brasil como líder del Sur Global en la agenda climática. Una de las primeras iniciativas que muestran esta vocación política brasilera fue la reciente presentación del “Compromiso de Belém por los Combustibles Sostenibles” un proyecto que tiene como meta cuadruplicar la producción y el uso de combustibles sostenibles a nivel mundial para el año 2035.
Por pAS
Entre 10 al 21 de noviembre de 2025 se realizará en Belém do Pará, Brasil, la Trigésima Conferencia de las Partes (COP30) que tiene una relevancia especial para el Atlántico Sur y las relaciones Sur-Sur.
Se espera la asistencia de alrededor de 50.000 personas representantes de 198 países que suscribieron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un acuerdo internacional de 1992 que estableció el régimen multilateral para responder al calentamiento global. Sobre el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, la Convención fijó cinco pilares para hacer frente a este desafío: mitigación, adaptación, financiación, tecnología y capacitación.
La Conferencia de las Partes (COP) es el órgano supremo de toma de decisiones de la Convención. Todos los Estados que son Partes en la Convención están representados en este órgano que promueve el cumplimiento efectivo de los compromisos asumidos por cada uno de los países.
La elección de Belém do Pará no es casual. Tiene un alto valor simbólico ya que este Estado se encuentra en la entrada de la Amazonía brasileña, un territorio donde convergen asuntos ambientales críticos como deforestación, biodiversidad, seguridad marítima, entre otros. Al acoger la COP en su territorio, Brasil consolida su rol como líder en las relaciones Sur-Sur y da una fuerte señal a que soluciones climáticas deben ser lideradas por los países en desarrollo, pero con la condición de que las naciones industrializadas cumplan con sus promesas de financiamiento y transferencia tecnológica.

Una noticia que impactó con fuerza en la PreCop, una serie de actividades y negociaciones previas a la cumbre, fue la presentación de Brasil del llamado “Compromiso de Belém por los Combustibles Sólidos” (también conocido como “Belém 4x”) una iniciativa del anfitrión del encuentro que apunta a reforzar el camino hacia la transición energética. El objetivo es ambicioso: cuadruplicar la producción y el uso de combustibles sostenibles a nivel mundial para el año 2035, tomando como referencia los niveles de 2024. La intención del equipo negociador brasilero es que esta propuesta pueda ser debatida y aprobada durante la COP30. El término combustibles sostenibles cubre una variedad de fuentes de energía renovables, como etanol, biodiesel, biogás, hidrógeno verde y SAF (combustible de aviación sostenible), entre los más importantes. Cuadruplicar la producción de combustibles sostenibles podría reducir significativamente emisiones de gases de efecto invernadero, en particular, en el sector del transporte marítimo que es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar.
La meta se basa en el informe producido por la Agencia Internacional de Energía. Este organismo sostiene que un mayor uso de combustibles sostenibles puede reforzar la seguridad energética al diversificar el suministro de combustibles y reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles. Según esta Agencia especializada, una de las autoridades mundiales en materia de combustible y energía, “Si se implementan las políticas existentes y anunciadas, cuadruplicar el uso global de combustibles sostenibles para 2035 es ambicioso, pero alcanzable. Entre 2010 y 2024, la demanda mundial de combustibles líquidos y gaseosos sostenibles se duplicó.”

En este contexto donde la energía limpia se está quedando cada día con mayores márgenes de ganancia de la industria petrolera y gasífera, la iniciativa brasilera parece encontrar en esta COP30 un horizonte propicio para impulsar su proyecto y transformarse en líder de un nuevo orden global. “Países como Brasil están en condiciones de hacer una contribución más allá de sus fronteras, ya que contamos con fuentes de energía renovables y diversificadas. Podemos colaborar para aumentar la presencia de energías renovables en la matriz energética mundial, lo cual es clave para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles”, afirmó la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva.
Aunque el mundo alcanzó en el 2024 el récord los 582 GW de capacidad renovable, aún queda un esfuerzo adicional de 1.122 GW anuales para cumplir la meta de 2030, según se acordó en COP28 realizada en Emiratos Árabes Unidos. Esto significa que se debe acelerar la incorporación de energía renovables a un promedio anual del 16%. Una meta muy ambiciosa a pesar de los avances. ““(…) estamos avanzando aún más rápido en renovables de lo que imaginábamos, pero necesitamos un esfuerzo adicional, especialmente para duplicar la eficiencia energética”, señaló el embajador André Corrêa do Lago, presidente de la COP30.
Si bien las economías más desarrolladas del G7 tienen un rol fundamental en esta transición, serán las economías del G20, del cual forma parte Brasil, las que deberán liderar el avance de la transición energética, ya que representarán más del 80 % de las energías renovables del mundo hasta 2030.
La COP30 y este proyecto específico denominado “Compromiso de Belém por los Combustibles Sostenibles”, liderado por Brasil representan un avance estratégico para los países del Sur Global ya que son estos los que poseen un gran potencial en soluciones basadas en la naturaleza y energías renovables. A cambio deberán exigir que las economías desarrolladas se comprometan a cumplir con el financiamiento climático comprometido, ya que la situación es apremiante y más que tratados o nuevas negociaciones, se necesitan soluciones urgentes que ataquen los problemas concretos sobre el territorio.

 
                    